Amor verdadero
- Lau Tuyaret
- 5 ago 2020
- 1 Min. de lectura

Suele pasar. Y es totalmente normal que eso suceda. Terminás tu escrito. Lo leés y releés para chequear posibles errores e incocherencias. Hiciste todos los deberes. Por dentro estás súper convencido de que va a ser un boom, que en cuestión de minutos tu posteo va a reventar las redes y lo más probable es que se vuelva viral. Más lo leés y más te gusta. No podés creer que eso salió de tu cabeza. Te encanta la musicalidad de cada palabra, el encadenamiento de una oración con la otra. Te fascina la idea central. Eso se llama estar enamorado.
Tanto te involucraste con lo que escribiste que perdiste la distancia. Estás tan metido con cada renglón que has dejado escapar el sentido crítico. Estás obnubilado. Suele pasar, también, que dejes descansar unos días ese texto y cuando lo vuelvas a leer le encuentres unos cuantos errores y no lo sientas tan perfecto como al principio. Y acá va mi consejo: evitá el enamoramiento. Tomá distancia, dejá decantar las ideas al menos unas horas y volvé a tomar tu texto con la mente menos caliente, con el corazón más fresco. Ahí vas a notar la diferencia entre amor a primera vista y amor verdadero. ¿Les pasó alguna vez?
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